El alisado japonés es un tratamiento alisador permanente y totalmente irreversible. Se basa en una alteración química de la estructura de la queratina capilar y actúa de forma similar al tradicional líquido de permanente. Requiere una aplicación muy cuidadosa, por lo que es preferible confiar en profesionales para aplicárselo, ya que por su acción radical, el mínimo error produce daños irreversibles en el aspecto y la calidad del cabello. Se obtiene un alisado permanente, pero suele presentar un aspecto no demasiado natural y sin ningún volumen.
Sin embargo, el alisado francés es el más novedoso y vanguardistas de los tratamientos alisadores y consigue un equilibrio entre la calidad del alisado, su duración, el propio tratamiento del cabello y la facilidad de su aplicación. No altera químicamente la estructura interna de la queratina (como el caso del alisado japonés) por lo que su duración no es permanente, aunque puede durar hasta 6 meses. Su forma de aplicación es sencilla aunque laboriosa, puede llevar entre 3 y 4 horas, por lo que se recomienda asistir a una peluquería profesional. El tratamiento no es agresivo y además el cabello adquiere un brillo, nutrición y alisado de efectos inmediatos. El resultado es un alisado de aspecto muy natural, y sólo son necesarios unos minutos de peinado con secador después de cada lavado para que el cabello luzca el aspecto liso deseado. Los precios del servicio en peluquerías profesionales comprenden desde los 60 a los 180 euros.